Inteligencias Múltiples de Gardner: Implicaciones Educativas
El término inteligencia es utilizado de forma común por todos nosotros. Sin embargo, ¿sabemos a qué nos estamos refiriendo al utilizar dicho término?
Un poco de historia
La definición del constructo inteligencia ha ido sufriendo modificaciones a lo largo del tiempo, de hecho, hoy día sigue siendo un asunto que despierta cierta controversia.
Antes de que existiera una definición oficial de este concepto, el indicador de que una persona fuera inteligente se basaba en el éxito que ésta tenía en su propia comunidad. Fue a finales del siglo XIX cuando apareció la primera definición de inteligencia, la cual estaba fundamentada en la idea de que la inteligencia estaba exclusivamente relacionada con el cociente intelectual (CI). Es por esta razón que a partir de este momento empezaron a diseñarse distintas herramientas para medir la inteligencia en función del CI (Cortés, Barragán y Vázquez, 2002). Una de las características del CI es que es innato e inmutable, por lo que no puede desarrollarse a lo largo de la vida. Nos encontramos, pues, con un concepto estático, mecánico y frío, propio del paradigma positivista.
Años más tarde, Alfred Binet, pedagogo y psicólogo francés, fue uno de los primeros en darse cuenta de que no siempre que se tenía un alto CI se obtenían buenos resultados académicos (Molero, Saiz y Esteban, 1998). Esto animó a Binet a plantearse que la inteligencia podría estar relacionada con otras variables distintas al CI. Fue por esta razón que el psicólogo francés introdujo en la definición de inteligencia otros factores como el saber juzgar bien, el sentido práctico o la facultad de adaptarse (Molero, Saiz y Esteban, 1998). Más tarde, Thorndike contribuyó a la definición de este término con la introducción de la dimensión social. A partir de este momento se realizaron diferentes definiciones de inteligencia en función de la corriente psicológica que abordara su estudio.
La Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner
La aportación más novedosa en la definición de este término fue la que realizó Howard Gardner en su libro Frames of Mind: The Theory of Multiple Inteligences (1983) en el que postula que la inteligencia es la capacidad resultante de la integración de una serie de inteligencias que actúan de forma independiente entre sí. Es así como surge la teoría de las inteligencias múltiples, la cual está conformada por siete inteligencias distintas:
1. Inteligencia lógica-matemática
2. Inteligencia verbal-lingüística
3. Inteligencia espacial
4. Inteligencia musical
5. Inteligencia corporal-cinestésica
6. Inteligencia intrapersonal
7. Inteligencia interpersonal
Más tarde, el autor añadió una octava inteligencia, la naturalista, la que definió como la capacidad para observar y estudiar los elementos que conforman la naturaleza.
Según Ernst-Slavit (2001), Gardner valoró introducir una novena inteligencia acuñada como inteligencia existencial, la cual se refiere a la capacidad del ser humano para reflexionar acerca de cuestiones existenciales.
En el siguiente video podéis encontrar la
descripción de cada una de las inteligencias arriba indicadas.
Una de las principales novedades de esta definición de inteligencia es que es considerada como una capacidad, por lo que puede ser desarrollada a lo largo de la vida, igual que el aprender a hablar en público o nadar. Esta definición es orgánica y humanista, más cercana a la corriente constructivista del aprendizaje y paradigma holístico.
Implicaciones en el contexto educativo
En mi opinión, el sistema educativo debería estar dirigido a la formación de todas las inteligencias por igual, pues la persona es la suma de todas ellas. Sin embargo, los currículos suelen estar enfocados al desarrollo de las inteligencias lógico-matemática y verbal-lingüística principalmente. Fomentar sólo algunas facetas en detrimento de otras puede tener consecuencias negativas para el desarrollo del individuo. Uno de los indicadores que apoyan esta afirmación sería el aumento de casos entre la población joven de consumo de drogas, depresión e incluso suicidio (Cervantes & Hernández, 2008; Vicario & Romero, 2005). También encontramos que nuestra sociedad, que a mi juicio es el resultado de la educación recibida por el conjunto de individuos que la integran, fomenta personas que tiendan a (1) estar enfocadas en lo superficial y estar desconectadas de sí mismas, (2) no utilizar el pensamiento crítico para cuestionarse lo que “se vende” como bueno y malo o como una verdad absoluta o (3) juzgar a todo aquel que haga algo distinto a lo que haga la mayoría, entre otros aspectos. ¿Diríamos que estas son las características de una sociedad responsable y madura? ¿Es este el resultado, en parte, de las prácticas educativas implementadas? ¿Qué sería necesario para que esta situación cambiase?
Hoy día existen estudios que afirman que el trabajo de ciertas inteligencias relacionadas con la parte de la gestión emocional son fundamentales para asegurar el correcto desarrollo de la persona (Goleman, 1995) y que también pueden influir positivamente en el rendimiento académico (Buenrostro-Guerrero, Valadez-Sierra, Soltero-Avelar, Nava-Bustos, Zambrano-Guzmán & García-García, 2012). Pero no solo esto, sino que desarrollar el pensamiento crítico, el gusto por el arte o el conocimiento y la responsabilidad para con el cuerpo físico, son cuestiones fundamentales para asegurar el pleno desarrollo de la capacidad intelectual y personal del individuo (Ernst-Slavit, 2001; Martínez, 2009)
Una reflexión acerca de la realidad
Si esto es así, ¿qué razones existen para que este tipo de contenidos no aparezcan como parte integrante del currículo?¿A favor de quién está planteada este tipo de educación? ¿A qué estamos sirviendo? ¿Cuánto tiempo más queremos seguir participando de este planteamiento?
Aunque plantearse este tipo de cuestiones es necesario para que podamos reflexionar y llegar a nuestras propias conclusiones, lo verdaderamente útil es diseñar un plan de acción. Por lo tanto, la pregunta sería: ¿qué podemos hacer para fomentar un planteamiento de la educación que esté al servicio del ser humano?
Si bien lo ideal es que el nuevo planteamiento que esperamos fuera diseñado y difundido por las administraciones educativas, la realidad no es esa. Quienes estamos en contacto con el alumnado y conocemos la realidad y las necesidades del discente somos los docentes. En mi opinión, somos los responsables de promover una educación que responda a la formación del individuo en su globalidad. Es cierto que muchas veces no disponemos de la formación necesaria ni de los recursos para llevar a la práctica nuestro deseo. Uno de los grandes obstáculos con los que nos encontramos es la inversión de tiempo y esfuerzo. Plantear nuevos enfoques educativos requiere de tiempo y esfuerzo para formarse, reflexionar, diseñar nuevos planteamientos y generar contenidos y estrategias para su implementación. Además, cumplir con las programaciones de los centros ajustándonos a los tiempos destinados a cada materia a la vez que se realizan implementaciones novedosas resulta todo un reto.
En mi opinión, no se trata de cambiar de un día para otro, sino que es un proceso largo. Sin embargo, tenemos que empezar a movernos en una dirección a corto plazo. La formación permanente del profesorado es una pieza clave en este contexto, bien sea de forma autodidacta o a través de cursos de formación ofertados por diferentes instituciones o profesionales particulares. Tener la oportunidad de hablar con compañeros y compartir nuestras experiencias en relación a la docencia también puede enriquecernos y ayudarnos a realizar nuevos planteamientos en el aula.
Algunas cuestiones prácticas
Algunos tips que podrían implementarse junto con la formación serían:
1. Conectar los contenidos propios de cada disciplina con temas transversales e interdisciplinares.
2. Compartir las propuestas diseñadas y dialogar acerca de las mismas con otros compañeros e incluso con el equipo directivo del centro.
3. Hablar con las familias para detectar las necesidades reales del alumnado y hacer a los padres partícipes del proceso de aprendizaje de sus hijos.
4. Dar voz al alumnado para que pueda expresarse y así detectar sus necesidades de forma más directa a la vez que se potencia su autoestima.
5. Favorecer una praxis educativa en la que se fomente la confianza entre profesor-alumno y entre iguales.
6. Dejar espacio para el pensamiento crítico y creativo evitando exponer la realidad desde una perspectiva absoluta e inamovible.
7. Aprovechar los conflictos que
surjan como oportunidad para desarrollar la autorresponsabilidad y el
autoconocimiento tanto del profesor como del alumno.
Como hemos visto, los nuevos tiempos requieren nuevas propuestas, pues los resultados de los planteamientos educativos implementados hasta el momento no tienen buenos resultados para el bienestar del ser humano.
La ciencia respalda una visión del ser humano como un conjunto de distintas habilidades y facetas que se encuentran conectadas entre sí y cuya educación es necesaria para el equilibrio del individuo. Es por esta razón que lo que se plantea en este artículo no es solo un deseo, sino que es una necesidad. Todos somos partícipes de este cambio y tenemos poder para promoverlo. ¿Qué tal si todos juntos nos ponemos “manos a la obra”?
REFERENCIAS
Buenrostro-Guerrero, A., Valadez-Sierra, M. D., Soltero-Avelar, R., Nava-Bustos, G., Zambrano-Guzmán, R., & García-García, A. (2012). Inteligencia emocional y rendimiento académico en adolescentes. Revista de educación y Desarrollo, 20(1), 29-37.
Cervantes, W., & Hernández, E. M. (2008). El suicidio en los adolescentes: Un problema en crecimiento. Duazary, 5(2), 148-154.
Cortés, J. F., Barragán, C. y Vásquez, M. L. (2002). Perfil de la Inteligencia Emocional: Construcción, Validez y Confiabilidad. Salud Mental (online), 25(5), 50-60.
Ernst-Slavit, G. (2001). Educación para todos: La Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner. Revista de Psicología de la PUCP, 19(2), 319-332.
Gardner, H. E. (2011). Frames of mind: The theory of multiple intelligences. Hachette Uk.
Goleman, D. P. (1995). Emotional Intelligence: Why It Can Matter More Than IQ for Character, Health and Lifelong Achievement, Bantam Books, New York
Martínez, M. (2009). Dimensiones básicas de un Desarrollo Humano Integral. Revista de la Universidad Bolivariana, 8 (23), 119-138
Molero , C., Saiz, E. y Estaban, C.
(1998). Revisión histórica del concepto de Inteligencia: Una aproximación a la
Inteligencia Emocional. Revista Latinoamericana de Psicología (online), 30(1), 11-30.
Vicario, H., & Romero, A. R. (2005). Consumo de drogas en la adolescencia. Pediatría Integral, IX, 2, 137-135.
La importancia de educar las distintas dimensiones del ser humano
El ser humano está integrado por distintas dimensiones que se encuentran interrelacionadas entre sí y que no pueden ser separadas. Es por esta razón que estas dimensiones ejercen influencias las unas sobre las otras formando un todo indisoluble que da lugar a la personalidad del ser humano.
Entendemos por dimensiones el conjunto de potencialidades que ayudan al individuo a desarrollarse de una forma holística, integral y plena.
Se distinguen hasta 8 dimensiones que integran al ser humano: la física, social, mental, socioemocional, comunicativa, espiritual, estética y ética. Sin embargo, todas estas dimensiones se podrían reducir a cuatro esenciales que podrían englobar al resto. Estas dimensiones son la física, socioemocional, mental y espiritual. Figura 1: Interrelación entre las distintas dimensiones del ser humano
Dimensiones y desarrollo del ser humano
Para que el desarrollo de la persona se pueda llevar a cabo de una forma equilibrada, sería necesario que cada una de estas dimensiones se cultivara convenientemente. La falta de atención a cualquiera de estas facetas del ser humano podría desencadenar distintos procesos patológicos tantos físicos como psicológicos o incluso ambos, dada la interconexión entre dichas facetas (Martínez, 2009). Aprovecho para hacer un paralelismo con el ámbito de la nutrición. Sabemos que el arroz integral puede ser un alimento sano y nutritivo, pero si nos alimentamos solo y exclusivamente de este cereal, tendremos deficiencias nutricionales que desembocarán en problemas de distinta naturaleza.
Pasemos a explicar brevemente en qué consisten las dimensiones básicas:
1. Dimensión física: hace referencia a todo lo relacionado con el cuerpo físico, que es el medio con el que nos desenvolvemos en el mundo físico que habitamos. Aprender cómo funciona nuestro cuerpo físico y cuáles son sus recursos, así como aprender a cuidarlo, resulta fundamental para que esta dimensión se desarrolle exitosamente.
2. Dimensión socioemocional: se refiere al ámbito de los afectos, tanto en relación a uno mismo como respecto a los demás. Las emociones no son físicas, pero nadie pone en duda su existencia. Éstas se expresan a través del cuerpo físico, por lo que la conexión entre ambos es indiscutible. De hecho, la biodescodificación se basa en que toda enfermedad física tiene un origen emocional. Además, la gestión emocional resulta esencial para que las relaciones interpersonales puedan ser sanas. Es por esta razón que aprender a concienciar nuestros procesos emocionales (a través del autoconocimiento personal) y saber gestionarlos correctamente resulta de importancia vital para trabajar esta dimensión.
3. Dimensión mental: al igual que las emociones, los pensamientos no se pueden ver físicamente y, sin embargo, existen. Somos seres inteligentes que utilizamos nuestro intelecto para desenvolvernos en el día a día. Podemos decir que los pensamientos son el vehículo a partir del cual creamos el mundo que nos rodea. Además, los pensamientos afectan de forma directa a nuestras emociones y, consecuentemente, a nuestro físico. La dimensión mental también nos motiva a querer saber más acerca de todo lo que nos rodea y de nuestra propia naturaleza. Así pues, no solo se tiene que dar respuesta a la necesidad del ser humano de saber acerca de lo que le rodea, sino que resulta imprescindible conocer nuestros propios procesos mentales, nuestros pensamientos y cómo éstos generan una serie de patrones de conducta que pueden condicionar nuestra vida. La gestión de estos pensamientos también forma parte de esta dimensión.
4. Dimensión espiritual: se
refiere al deseo del ser humano por conocer y entender su propia naturaleza, su
propia existencia y finalidad en la vida. Es la más sutil de las cuatro
dimensiones, ya que no responde a necesidades básicas para la supervivencia.
Sin embargo, cuando el resto de dimensiones están cubiertas y esta no es
atendida, la persona puede experimentar que su vida no tiene sentido y puede
llegar a encontrarse perdida, sin rumbo. Esto, a su vez, afectará negativamente
al resto de dimensiones.
Figura 2: Integración de las distintas dimensiones del ser humano
Tal y como se puede apreciar en la figura anterior, todas las dimensiones se encuentran integradas entre sí, siendo la dimensión física aquélla en la que se observan los efectos de todas las demás.
Las dimensiones del ser humano en la educación
En base a lo expuesto anteriormente, la educación debería considerar el trabajo de todas y cada una de las dimensiones, especialmente de las cuatro básicas, para asegurar el correcto y equilibrado desarrollo del individuo. Estos son los pilares de la denominada EDUCACIÓN HOLÍSTICA. Sin embargo, nos encontramos con un sistema educativo basado en un paradigma mecanicista centrado, casi en exclusividad, en el desarrollo de la parte cognitiva (como parte de la dimensión mental) en detrimento del resto. Si consideramos el cerebro como un órgano divido tres partes (cerebro izquierdo, derecho y sistema límbico), es el cerebro izquierdo (la parte racional) el que se potencia en el sistema educativo. El lado derecho de este órgano, correspondiente a la creatividad y el pensamiento divergente entre otras habilidades, junto con los aspectos emocionales regidos por el sistema límbico (el cual no es una parte física del cerebro sino que constituye un sistema neuronal), quedan excluidos del currículo que impera en la educación actual. Sólo hace falta echar un vistazo a la sociedad de hoy día para ver el resultado de dicha práctica educativa.
Afortunadamente, desde hace unas décadas y gracias a los estudios que defienden que la parte emocional junto con la racional funcionan como un sistema indisoluble y recíproco, el trabajo de las emociones se está integrado en los planes de estudios de distintos países. Sin embargo, para que, tanto el trabajo de la dimensión socioemocional como todas las demás esté dotado de contenido real y pueda ser efectivo, es necesario que los profesionales de la educación tengan desarrolladas sus propias dimensiones, lo cual requiere de un gran compromiso consigo mismo. En caso contrario, solo se utilizarán estrategias y actividades con apariencia distinta a las conocidas pero edificadas sobre los cimientos tradicionales sobre los cuales la mayoría de nosotros fuimos formados. Este cambio requiere que el docente 1) se cuestione su propia práctica docente y 2) se implique en el cambio de paradigma educativo, empezando por su propio autoconocimiento.
REFERENCIAS
Rodríguez, M. I. y Delgado, J. A. (2010). La dimensión espiritual en la psicoterapia. 11º Congreso Virtual de Psiquiatría, Interpsiquis.
Martínez Minguélez, M. (2009). Dimensiones básicas de un Desarrollo Humano Integral. Revista de la Universidad Bolivariana, 8 (23), 119-138
Mindfulness en las escuelas: Un requisitio en la educación de la Nueva Era (Parte II)
En la PARTE I de este artículo hablábamos de cómo mindfulness responde a las necesidades de los niños de la sociedad actual. Esta puede ser una de las razones de la creciente popularidad de esta práctica meditativa en el contexto educativo, y más concretamente, en las escuelas.
En esta segunda parte de mindfulness en las escuelas exploraremos algunos de los programas dirigidos a desarrollar aspectos relacionados con el desarrollo emocional, social y académico del niño a través de la práctica de la atención plena en diferentes países. Muchos de estos programas comenzaron a implementarse hace años y siguen vigentes en la actualidad.
No se pretende hacer un análisis exhaustivo de cada uno de los programas seleccionados, sino de ofrecer información práctica que podría resultar de interés para el lector.
Programas seleccionados
Aquí os dejo un listado con los programas analizados, el país donde se han desarrollado y, en su caso, las direcciones web donde podéis encontrar más información acerca de ellos.
PROGRAMAS | PAÍS | WEB |
Inner Explorer | Estados Unidos | www.innerexplorer.org |
Moment Program | Estados Unidos | |
Resilitent Kids | Estados Unidos | |
Mindfulness in Schools Project | Reino Unido | www.mindfulnessinschools.org |
Staf hakeshev | Israel | |
Wellness Works in Schools | Estados Unidos | www.wellnessworksinschools.com |
RESPIRA | Colombia | https://www.respira.co/ |
MindEduca | Brasil | http://mindeduca.com.br/ |
¡Atención funciona! | Brasil |
Destinatarios de los programas
Podemos diferenciar entre los programas destinados únicamente a los estudiantes y aquellos destinados tanto a éstos como a los profesores. En este último caso, los profesores han de ser formados primeramente para poder implementar posteriormente el programa en sus clases.
Las edades del alumnado al que van dirigidos comprenden desde la Educación Infantil (a partir 3 años) hasta Bachillerato (18 años). Sin embargo, la mayoría de ellos se centran en el alumnado correspondiente a la Educación Primaria (de 6 a 12 años). Una explicación para ello sería la recomendación de los expertos de comenzar formalmente con esta práctica a partir de los 5 años.
Algunos de los programas abarcan un rango amplio de edad mientras que otros se centran en trabajar con niños de edades concretas . En el primer caso, las distintas actividades se adaptan a las características y necesidades de los niños en función de su edad. Las actividades son las mismas, solo que cambia su planteamiento.
Aspectos que se pretenden mejorar
Aunque el eje vertebrador de estos programas es la práctica de mindfulness, ésta no deja de ser una herramienta para conseguir unos objetivos concretos. La mayoría de ellos están enfocados a mejorar las habilidades sociales y emocionales de los niños, ya que éstas tienen importantes repercusiones sobre sus conductas y rendimiento académico. Los objetivos de los distintos programas dependen, en gran medida, del contexto en el que se han gestado. Algunos de los aspectos que estos programas se proponen mejorar son:
- autoconsciencia
- gestión emocional
- relaciones entre compañeros
- rendimiento académico
- autoconfianza
- problemas de comportamiento, violencia y bullying
- habilidades cognitivas y emocionales
- equilibrio emocional
- salud mental
- nivel de estrés
- disposición hacia el aprendizaje
- bienestar docente y estudiantil
- habilidades socioemocionales
Si
observamos con atención la lista, nos daremos cuenta de que la mayoría de los objetivos a conseguir o bien son competencias socioemocionales, o bien están
relacionados con las mismas. Esto es una muestra de la importancia del
desarrollo de las competencias socioemocionales para los distintos ámbitos de
la vida de la persona, pero esto es un tema que dejaremos para otro momento.
Técnicas utilizadas
Las técnicas empleadas en los distintos programas se pueden dividir en dos bloques principales:
1) Técnicas formales. Son aquellas relacionadas con una práctica de mindfulness basada en la quietud. Algunos ejemplos de estas técnicas son:
- Atención en la respiración
- Body scan (atención a las distintas partes del cuerpo)
- Relajación muscular progresiva
- Atención a los pensamientos y sonidos
- Atención a las sensaciones corporales
- Atención a la postura
- Visualización o imaginería
2) Técnicas informales. Aunque la finalidad es la misma que para la técnicas formales –desarrollar la atención plena–, se aplican a acciones más relacionadas con el ámbito cotidiano. Algunas de estas técnicas son:
- Diarios personales
- Juegos
- Cuentos
- Comer con atención
- Atención a los movimientos
- Contar historias
- Dibujar o colorear
Algunos de estos programas incluyen una práctica diaria en casa. El objetivo final es integrar mindfulness en la cotidianidad, que el niño sea capaz de vivir en el presente, con plena conciencia de sí mismo y de aquello que le rodea.
Resultados
Tras
las implementaciones de estos programas se han observado resultados positivos tanto
en los docentes como en el alumnado. En el caso de los profesores, se ha
detectado, entre otros aspectos, una mejora en la satisfacción laboral,
reducción de las bajas laborales y del estrés. En relación al alumnado, se ha
observado una reducción de la tasa de absentismo, del estrés, del miedo, de los
síntomas depresivos y del comportamiento reactivo y disruptivo. Además, se ha detectado una mejora en los resultados académicos, la concentración,
la relajación, el descanso y el respeto hacia sí mismo y hacia los demás.
A la vista de lo hasta aquí expuesto, la introducción de mindfulness en las escuelas parece ser una herramienta útil y valiosa para mejorar la educación. Por un lado, ayuda al docente a sentirse más satisfecho con su trabajo, aspecto esencial para el propio profesional de la enseñanza como para el alumnado. Cualquier profesional que se encuentre satisfecho con su trabajo será más susceptible de llevarlo a cabo de forma más efectiva. Por otro lado, mindfulness fomenta tanto la mejora de las habilidades personales como de las académicas de los estudiantes. Desde mi punto de vista, resulta indiscutible que este tipo de prácticas se merecen, cuanto menos, ser consideradas como opción para desarrollarse en los centros en diferentes marcos: extraescolares, talleres, etc. con tal de que tanto los niños, como los profesores y padres se puedan familiarizar con este tipo de prácticas.
REFERENCIAS
Mañas, I., Franco, C., Gil, M. D., & Gil, C. (2014). Educación consciente: Mindfulness (Atención Plena) en el ámbito educativo. Educadores conscientes formando a seres humanos conscientes. Alianza de civilizaciones, políticas migratorias y educación, 193-229.
Semple, R. J., Droutman, V., & Reid, B. A. (2017). Mindfulness goes to school: Things learned (so far) from research and real‐world experiences. Psychology in the Schools, 54(1), 29-52.
Terzi, A. M., de Souza, L. L., Machado, M. P. A., Konigsberger, M., Waldemar, J. O. C., de FREITAS, B. I., ... & Ferreira, M. Q. B. (2016). Mindfulness en la Educación: experiencias y perspectivas desde Brasil. Revista interuniversitaria de formación del profesorado, (87), 107-122.
Mindfulness en las escuelas: Un requisitio en la educación de la Nueva Era (Parte I)
Vivimos en una sociedad cambiante, caracterizada por la inmediatez y las prisas, en la que todo lo que percibimos e interpretamos como nuestra realidad es previamente procesado por una serie de prejuicios aprendidos y creencias adquiridas. Llegar a tener una percepción de la realidad que esté más en consonancia con nuestra esencia requiere de una ATENCIÓN PLENA, de la conexión voluntaria con nuestra consciencia. Minfulness es una práctica meditativa muy útil para facilitar este contacto con nosotros mismos y nos permite vivir el día a día de una forma más consciente y responsable (López-Hernáez, 2016).
La práctica continuada de mindfulness influye positivamente en el ámbito físico y emocional de la persona (Stahl, Goldstein, Kabat‐Zinn y Santorelli, 2010). Esta es una de las razones que han contribuido a que esta práctica milenaria llegue a occidente para quedarse. A pesar de que mindfulness es más conocido en el entorno de la vida adulta, diferentes estudios han demostrando el impacto positivo que esta técnica meditativa puede tener en los niños. Según estudios recientes, los niños que practican mindfulness experimentan una mejora en su desarrollo personal y rendimiento académico (López-Hernáez, 2016), aspectos beneficiosos para hacer frente a una sociedad cambiante y a un exigente rendimiento académico. El alto grado de excelencia demandado en la escuela y en el mundo laboral actual requiere de una capacidad avanzada de concentración y de atención que debería ser entrenada (Semple, Droutman, y Reid, 2017).
Mindfulness y competencias emocionales
Que los niños y los jóvenes de hoy necesitan desarrollar sus competencias emocionales para dar respuesta a las necesidades de la sociedad del siglo XXI es una realidad incuestionable (Pellegrino y Hilton, 2013). La mayor parte de los autores que se ocupan del estudio de las competencias emocionales coinciden en que la autoconsciencia emocional es el primer estadio para poder llegar a la gestión emocional (Campayo y Cabedo, 2020). En este sentido, la práctica de mindfulness emerge como una herramienta sumamente útil, pues nos permite desarrollar la autoconsciencia emocional a través del trabajo de la atención plena dirigida a nuestros procesos internos. Además, los estudios también muestran evidencias de que el desarrollo de la atención plena en niños en el ámbito educativo contribuye a la mejora de los niveles de creatividad, la disminución de los niveles de ansiedad o el incremento de la capacidad de atención. Su práctica también propicia conductas menos agresivas y mejora la autoeficacia (Parra, Montañés, Montañés y Bartolomé, 2012). Todo esto tiene un impacto positivo en la participación de los niños en clase, el respeto hacia sus compañeros y el absentismo (Schwartz, 2014).
Mindfulness en el contexto educativo
La educación, tal y como está planteada en la actualidad, se basa en los principios del modelo tradicional. Este modelo se centra en la productividad del alumnado anteponiendo la adquisición de los contenidos propios de cada disciplina a los valores sociales y personales, es decir, aquellos aspectos relacionados con la parte humana de la persona (Mañas, Franco, Gil y Gil, 2014). Sin embargo, este sistema ya no puede sostenerse en una sociedad que reclama a seres humanos desarrollados y conscientes que contribuyan al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que la ONU fijó para la Agenda 2030.
Tal y como he comentado anteriormente, mindfulness contribuye a mejorar la autoconsciencia de la persona, primer paso para el desarrollo de las competencias emocionales tan necesarias para el desarrollo humano. Esta podría ser una de las razones por las que muchas las escuelas, en diferentes países, están integrando la práctica de mindfulness como parte de su programa de educativo. Pero, ¿qué es necesario para que estas iniciativas educativas sean efectivas?
Requerimientos para una práctica de mindfulness exitosa en el entorno educativo
En primer lugar, es esencial que todos los miembros adultos que integran la comunidad educativa –padres y profesores principalmente– trabajen en equipo en la misma dirección, hacia un mismo objetivo. Es necesario que estos agentes educativos hayan desarrollado su propia autoconsciencia y se hayan formado convenientemente en mindfulness antes de enseñar a los niños los conocimientos y actitudes propias de esta práctica. En palabra de Mañas, Franco, Gil y Gil (2014):
Sólo un educador consciente puede educar de forma consciente. Un educador consciente estará atento, tranquilo, relajado, en paz consigo mismo y con los demás. A través de su mera presencia encarnará cualidades y actitudes como la paciencia, la confianza, el respecto y la amabilidad. Será un modelo para sus alumnos y los motivará, guiará y ayudará a que desarrollen éstas y otras cualidades, actitudes y competencias. Estará en disposición de ayudar a sus alumnos a que generen su propio autoconomiento y habilidades de mindfulness (p. 194).
Mindfulness es más que una práctica aislada. Mindfulness lleva implícitas una serie de actitudes que los niños aprenden mediante la observación de las personas de referencia para ellos –de nuevo padres y profesores principalmente. Esto implica que las actitudes propias de mindfulness se encuentran integradas en la forma de afrontar la vida. Podríamos decir que se trata de un estilo de vida basado en vivir el día a día de una forma consciente[1].
Así pues, el objetivo primordial de la introducción de mindfulness en las escuelas sería que los niños fueran capaces de desarrollar la atención plena para poderla extrapolar a cualquier situación e integrarla en su vida cotidiana. Además de su práctica en las escuelas, sería conveniente trabajar la atención plena en casa desde edades tempranas con el objetivo de que los niños identifiquen mindfulness como algo natural y que sean capaces de integrarlo de forma sencilla en su forma de relacionarse con ellos mismos y con el medio que les rodea (Tébar y Delgado, 2015).
Siguiendo con las autoras, para que la práctica de mindfulness se pueda llevar a cabo exitosamente en el aula, es aconsejable que las actividades sean los suficientemente flexibles para adaptarse a las necesidades de cada niño y del grupo en concreto con el que se va a trabajar. Algunos de los aspectos que se proponen para adaptar las actividades son a las necesidades del alumnado son:
1) Intereses y edades de los niños
2) Tiempo apropiado, que estará en función de la capacidad de los niños de mantener la atención
3) Tener a disposición diferentes tipos de actividades para poderlas utilizar según las circunstancias. Aunque la clasificación de las distintas actividades puede ser variada en función de la forma en la que se va a trabajar la atención, todas ellas se pueden clasificar en dos grandes grupos: (a) dinámicas –aquellas que requieren del movimiento para su implementación– y (b) estáticas –las que no lo requieren.
Según lo comentado anteriormente, la práctica e integración de mindfulness en la vida de los niños es un hecho que se está llevando a cabo, en parte, por la iniciativa de algunas escuelas de incluir esta práctica meditativa como parte de sus proyectos educativos. La finalidad de esta iniciativa sería fomentar una sociedad más consciente y equilibrada emocionalmente.
En una segunda parte de este artículo, explicaré las características de algunos de los programas de mindfulness que se han implementado en el contexto educativo hasta el día de hoy en diferentes países e indicaré algunos de los recursos que se han utilizado en los mismos.
REFERENCIAS
Campayo y Cabedo (2020). Intrapersonal Skills and Music Performance in Elementary Piano Students in Spanish Conservatories: Three Case Studies. International Journal of Music Education, 38(1), 93-112.
López-Hernáez, L. (2016). Técnicas Mindfulness en Centros Educativos. Desarrollo Académico y Personal de sus Participantes. Revista Española de Orientación y Psicopedagogía, 27(1), 134-146.
Mañas, I., Franco, C., Gil, M. D., & Gil, C. (2014). Educación consciente: Mindfulness (Atención Plena) en el ámbito educativo. Educadores conscientes formando a seres humanos conscientes. Alianza de civilizaciones, políticas migratorias y educación, 193-229.
Parra, M., Montañés, J., Montañés, M. y Bartolomé, R. (2012). Conociendo mindfulness. Ensayos, Revista de la Facultad de Educación de Albacete, 27, 24-46.
Pellegrino, J.W., & Hilton, M.L. (Eds.). (2013). Education for life and work: developing transferable knowledge and skills in the 21st century. National Academies Press.
Semple, R. J., Droutman, V., & Reid, B. A. (2017). Mindfulness goes to school: Things learned (so far) from research and real‐world experiences. Psychology in the Schools, 54(1), 29-52.
Schwartz, K. (2014). Low-income schools see big benefits in teaching mindfulness. KQED Mind/Shift.
Stahl, B., Goldstein, E., Kabat‐Zinn, J., y Santorelli, S. (2010). Mindfulness para reducir el estrés. Barcelona: Karios.
Tébar Bueno, S., & Delgado, M. P. (2015). Practicando Mindfulness con el alumnado de tercer curso de educación infantil. Ensayos: Revista de la Facultad de Educación de Albacete, 30(2).
[1] De esta cuestión y muchas más se habló en la entrevista realizada a Aulas en Calma desde El Rincón del Docente Holístico. A continuación os facilito el enlace a la entrevista por si fuera de interés.
Atención plena como primer paso para el desarrollo de la inteligencia emocional
La atención plena como requisito para el desarrollo de la inteligencia emocional
Posteriormente a la definición de inteligencia emocional de Mayer y Salovey, surgieron muchos modelos distintos de inteligencia emocional. No es objetivo de este artículo hablar de los distintos modelos desarrollados en torno a este constructo psicológico. Sin embargo, sí es esencial tener en cuenta que todos ellos parten de una misma base: la autoconsciencia emocional es imprescindible para poder gestionar las emociones. Pero, ¿qué es la autoconsciencia emocional? La autoconsciencia emocional es una habilidad que nos permite tomar consciencia de lo que estamos sintiendo en un momento determinado. Es, por tanto, una habilidad intrapersonal. Para esta toma de consciencia resulta esencial desarrollar la atención plena en lo que acontece o, como se conoce popularmente, "en el presente" o "en el aquí y ahora". Algo que en principio podría parecer sencillo de realizar, en realidad, no lo es tanto. La mente tiene la tendencia de estar desconectada de lo que estamos haciendo en cada momento. Es lo que se suele conocer como "funcionar con el piloto automático". Con frecuencia, la mente se desplaza para rumiar algo que pasó en el pasado o para especular acerca del futuro. De hecho, según un estudio realizado por Killingsworth y Gilbert (2010), esto sucede en un 46,9% del tiempo en una persona promedio. Además, se experimenta mayor felicidad cuando se está presente, aunque las especulaciones fuera del presente se basen en pensamientos agradables. Os dejo el enlace al estudio por si estáis interesados en saber más acerca de este tema.
KILLINGSWORTH___GILBERT__2010_.pdf
La práctica de mindfulness como herramienta para desarrollar la atención plena
Mindfulness, cuyo significado en español es atención plena, consiste en una práctica meditativa cuyo objetivo es traer la consciencia al momento presente. Este proceso se ha de realizar sin juicio y sin expectativas para que la práctica sea exitosa. Los beneficios de mindfulness son ampliamente conocidos y van desde el ámbito personal (mayor equilibrio mental y emocional, mejora de las relaciones interpersonales o de la salud) al laboral (mayor eficacia y productividad). Podemos encontrar diversas formas y recursos para la práctica de mindfulness que básicamente abarcan el trabajo formal (práctica aislada) e informal (práctica integrada en el día a día). Si estáis interesados en saber más acerca de distintos recursos para la práctica de mindfulness, os invito a visitar la lista de reproducción en YouTube cuyo enlace os dejo a continuación.
RECURSOS PARA PRACTICA LA ATENCIÓN PLENA
Dada la importancia que la atención plena tiene para el desarrollo de la inteligencia emocional, las escuelas de enseñanzas oficiales obligatorias están integrando esta práctica como parte de la formación ofertada en sus centros, pero sobre este tema hablaré más en profundidad en el próximo artículo. Hasta entonces!!
REFERENCIAS
Gardner, H. (1983). The Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences. New York: Basic Books.
Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence. Why it Can Matter more than IQ. New York: Bantam Books
Killingsworth, M. A. y Gilbert, D. T. (2010). A Wondering Mind Is an Unhappy Mind. Science, 330, 932.
Salovey, P., y Mayer, J. D. (1990). Emotional intelligence. Imagination, cognition and personality, 9(3), 185-211.
La finalidad de la educación es aprender a ser felices
Gestión emocional y autoconocimiento: Entrevista a Patricia Sánchez López
¿Qué es la Educación Holística? Un nuevo paradigma educativo para una sociedad consciente
Que la sociedad actual necesita con urgencia un cambio de
paradigma educativo es una cuestión evidente. Por una parte, cada vez son
mayores los casos de depresión, consumo de drogas o incluso suicidios entre los
adolescentes (Cervantes & Hernández, 2008; Vicario & Romero, 2005). Por
otra parte, la contaminación a la que estamos sometiendo al planeta Tierra, la
violencia de género o la desigualdad social son otros de los indicativos que ponen de manifiesto que algo no funciona.
Paradigma mecanicista vs paradigma holístico
Muchas son las leyes educativas que se van implementando con la intención de mejorar la calidad de la educación. Sin entrar en lo que se entiende por “calidad educativa” diré que, la mayoría de las leyes educativas actuales siguen manteniendo intacta la base sobre la que se construyeron los sistemas educativos de siglos pasados. Se trata de un paradigma mecanicista enfocado casi en exclusividad al desarrollo de la dimensión cognitiva del ser humano. Esta práctica educativa sesgada y parcial pone su foco en un producto externo a la persona. Sin embargo, no es ningún secreto que ésta es una unidad compleja integrada por distintas dimensiones interconectadas entre sí.
Propiciar una educación dirigida al desarrollo por igual de las distintas dimensiones del individuo, fomentaría el desarrollo integral del mismo, ayudándolo a crecer de una forma más armoniosa y en consonancia consigo mismo y con el medio que le rodea. En esto consiste la educación holística. Etimológicamente, el término holismo proviene de la palabra griega holos que significa todo, entero y del sufijo ismo, cuyo significado es práctica. Así, podemos decir que holismo es la práctica del todo (Gluyas, Esparza, Romero, & Rubio, 2015). Este nuevo paradigma holístico que la sociedad actual parece necesitar para avanzar está en coherencia con el informe de la UNESCO para la educación del siglo XXI y diferentes teorías psicológicas y principios pedagógicos. En el informe que Delors (1996) redactó para la UNESCO, La Educación Encierra un Tesoro, el autor señala 4 pilares básicos en los que la educación del siglo XXI debería estar fundamentada: (1) aprender a conocer, (2) aprender a hacer, (3) aprender a convivir juntos y (4) aprender a ser.
Por otra parte, diferentes teorías psicológicas (como las inteligencias múltiples o los estilos de aprendizaje) y principios de la Educación Nueva (tales como la transversalidad o el alumno como centro del proceso de enseñanza-aprendizaje) justifican la implementación del modelo holístico. Todos estos aspectos se encuentran recogidos en la Declaración Mundial por la Educación Holística para el Siglo XXI desarrollada por Gallegos (2005), la cual se articula a través de 13 puntos principales:
1. Un nuevo paradigma educativo
2. Comunidades de aprendizaje
3. Inteligencias múltiples y estilos de aprendizaje
4. Integridad educativa
5. Amor universal
6. Ganar-ganar en educación
7. Educación para el desarrollo sustentable
8. El ser humano es un ser multidimensional con corazón espiritual
9. Educación como proceso de evolución de la consciencia
10. Transdisciplinariedad
11. Aprendizaje integral, permanente y significativo
12. La nueva misión del educador
13. Desarrollo moral
* Estos puntos los podéis encontrar desarrollados en el video que os dejo a continuación.
Consideraciones acerca de la educación holística
La implementación de una educación de carácter holista requiere un cambio profundo en la forma de entender la educación. La forma en la que se entiende la educación está condicionada por la percepción que se tiene de la vida y ésta, a su vez, del nivel de conciencia desarrollado por el individuo. Así pues, este último emerge como un punto clave para que este nuevo paradigma educativo pueda implementarse de forma efectiva, ya que todos somos parte de la educación.
Algunos puntos importantes como son el nuevo rol del docente, la nueva configuración de las comunidades de aprendizaje, la educación como proceso de evolución de la consciencia o la transdisciplinariedad, requieren de una nueva mirada de cada uno hacia sí mismo y hacia la vida en general. Solo la integración de este diferente enfoque facilitaría la exitosa consecución del modelo educativo holístico, ya que, en palabras de Jaurès[1] “no se enseña lo que se quiere; diría incluso que no se enseña lo que se sabe o lo que se cree saber: sólo se enseña y sólo se puede enseñar lo que se es”. Además, esta nueva forma de entender la educación requiere que los distintos agentes que conforman la comunidad educativa, como son principalmente los profesores, padres y administraciones, trabajen en equipo dirigiendo todas sus acciones, intereses y esfuerzos en una misma dirección, hacia un mismo objetivo: el desarrollo integral del ser humano.
Aunque la mayoría de nosotros probablemente pensemos que la educación holística es un modelo ideal, tenemos que ser conscientes de que su puesta en práctica depende, en gran medida, de la implicación que cada uno de nosotros tenga respecto a su propio desarrollo personal. Así pues, me pregunto… ¿estamos preparados para este nuevo paradigma educativo o preferimos acomodarnos en el paradigma actual conociendo sus consecuencias?, ¿estamos dispuestos a asumir los cambios, desafíos y responsabilidades derivadas de un nuevo nivel de consciencia o preferimos permanecer en nuestra zona de confort?
Os invito a que dejéis vuestras reflexiones acerca de estas cuestiones si así lo sentís.
REFERENCIAS
Cervantes, W., & Hernández, E. M. (2008). El suicidio en los adolescentes: Un problema en crecimiento. Duazary, 5(2), 148-154.
Delors, J. (1996). Learning, the Treasure Within: Report to UNESCO of the International Commission on Education for the Twenty-First Century. París: UNESCO.
Gallegos, R. (2005). Declaración Mundial por la Educación Holística para el Siglo XXI. [Recuperado de https://studylib.es/doc/4998227/declaraci%C3%B3n-mundial-por-la-educaci%C3%B3n-holista]
Gluyas, R. I., Esparza, R., Romero, M. C. & Rubio, J. E (2015). Modelo de Educación Holística: Una Propuesta para la Formación del Ser Humano. Revista Electrónica Actualidades Investigativas en Educación, 15(3), 1-25.
Vicario, H., & Romero, A. R. (2005). Consumo de drogas en la adolescencia. Pediatría Integral, IX, 2, 137-135.
IMÁGENES
(En Pixabay)
Gordon Johnso; Clker-Free-Vector-images; Lacy Molnár; OpenClipart-vector; luc Mahler; Rafael Javier; Wokandapix; Moteoo; Eommina; Graphicmama-Team; Mary Pahlke; Gingio Giannone; Hans Kretzmann; Yogendra Singh
[1] Frase extraída de una conferencia que Jean Jaurés realizó en torno a los años 1894-1895 y que posteriormente fueron publicadas bajo el título Idealismo y materialismo en la concepción de la Historia.
Artículo escrito por Emilia A. Campayo Muñoz
Las emociones como herramienta para el autoconocimiento
Los mensajes que encierran las emociones
Las emociones no son más que indicadores de cómo estamos, cómo nos sentimos. En realidad, las emociones son nuestras aliadas, pues siempre nos están ofreciendo información acerca de nosotr@s mism@s. Sin embargo, en ocasiones hacemos caso omiso de sus mensajes y lo único que queremos es evitarlas, pues no responden a las expectativas del ego. Las emociones son sinceras, nunca nos mienten. Es por esta razón que deberíamos prestar atención a las mismas y aprender a escucharlas para poder descubrir el mensaje que nos quieren transmitir. Este mensaje es información valiosa, es información acerca de nuestras verdaderas necesidades y anhelos, y nos abre el camino a nuestro autoconocimiento y, consecuentemente, a nuestro poder.
Propuesta de ejercicio...Disfruta!!
Siente-TE. Siente tu pecho. Pon las manos en él si fuera necesario. Cierra los ojos y respira. ¿Qué sientes? ¿Paz? ¿Ansiedad? ¿Miedo? Todo está bien. Todo es parte de ti, de tu proceso. Tan solo respira y acepta la emoción. Siéntela. Reconócela. No la reprimas. Escúchala. Algo te quiere enseñar. Está de tu parte, es tu amiga, no tu enemiga. Háblale. Pregúntale, ¿qué quieres decirme? La respuesta llegará en su momento…
La importancia del autoconocimiento y la autorresponsabilidad para propiciar un cambio educativo
Entrevista a Emilia Campayo
En esta entrevista tuve la oportunidad de explicar la finalidad de El Rincón del Docente Holístico además de tratar diferentes cuestiones relativas a la educación holística. Os invito a ver el vídeo de la entrevista para mayor detalle.
Tod@s somos educación
Me gustaría abrir este blog con una reflexión acerca de nuestro rol en la educación y cuál debería ser nuestra actitud para crear un mundo más consciente, ya que son este tipo de reflexiones las que me han llevado a crear este espacio.
Cuando hablamos de educación es habitual pensar en la escuela. Sin embargo, la educación es algo que va más allá. La educación tiene relación con el aprendizaje, con todo aquello que experimentamos y que nos ayuda a conformarnos como personas. Podemos decir que la educación está en todo, en nuestra relación con los demás, con los animales, con todo lo que nos rodea…pero sobre todo, con nosotr@s mism@s.
La necesidad de desarrollar la autoconsciencia
Es frecuente que se nos enseñe desde edades muy tempranas a cómo comportarnos según las convenciones sociales; que nos enseñen lo que es bueno, lo que es malo e incluso lo que se entiende por tener éxito en la vida y lo que deberíamos hacer para alcanzarlo, si es que así lo deseamos.
¿Y qué se nos enseña acerca de nosotr@s mism@s? ¿De quiénes somos? ¿Para qué estamos aquí? ¿Qué es lo que nos gusta y nos hace sentir bien? ¿Qué talentos tenemos y cómo podemos ayudar a los demás a la vez que disfrutamos haciéndolo?
Puede ser que las respuestas a estas preguntas no cumplan con las expectativas que los demás proyectaron sobre nosotr@s. Es una realidad que las personas tenemos la tendencia de responder a las expectativas de los demás, sobre todo a las de aquéllos que son importantes en nuestras vidas, padres, profesores y amig@s principalmente. Esto es lo que se denomina profecía autocumplida.
Si se quiere, se puede
¿Cómo sería el mundo si cada un@ de nosotr@s aprendiera a ser auténtic@, a escuchar nuestro corazón y a servir a los demás dando lo mejor de nosotr@s mism@s en lugar de aquello que se supone que es lo mejor para nosotr@s y para l@s demás? ¿Qué pasaría si aprendiéramos a ver la parte positiva y el potencial de cada niñ@ en lugar de fijarnos en sus supuestas carencias?
Son solo preguntas que me formulo y que me animan a fomentar un mundo en el que estos supuestos puedan convertirse en realidad. Quizás, a algun@s de vosotr@s, esta propuesta os puede resultar un tanto utópica o incluso fantasiosa. Sin embargo, pienso que si no se cree que algo es posible y se toma acción para que ocurra, seguiremos moviéndonos siempre en la misma dirección. La idea existe, y esa es la materia prima para su realización. Creo que ya se conocen bien los efectos resultantes de intentar responder a las expectativas impuestas por la sociedad actual. Parto de la idea de que tod@s somos parte integrante de la sociedad y es responsabilidad de tod@s y cada uno de nosotr@s cambiarla, en el caso de no estar de acuerdo con ella. ¿Y cómo? Aprendiendo a mirar hacia dentro, atreverse a mirar qué es lo que no me gusta de mí y tomar acción para cambiarlo en lugar de quejarme de lo que no me gusta de los demás, de la sociedad, de la vida… El cambio comienza en cada un@ de nosotr@s. Tenemos un gran poder. Somos importantes y tenemos que asumir esa responsabilidad… ¿No es maravilloso?
¿Qué es el Rincón del Docente Holístico?
Bienvenid@s al Rincón del Docente Holístico, un lugar creado con la pretensión de inspirar una educación que ayude a los niños a conectar con su Ser.
No hay mayor felicidad que estar en contacto con la propia esencia, con el motivo de la propia existencia. A mi juicio, este debería ser el primer objetivo de la educación. No deberíamos dar por sentado que este conocimiento vendrá dado, que se desarrollará de forma espontánea en una sociedad orientada a un tipo de productividad enajenada del propio Ser, de la propia esencia. Una productividad en la que solo importa el resultado y no todo lo aprendido durante el proceso, lo cual es lo que enriquece la existencia. Es este proceso en el que la educación debería enfocarse, aprovechándolo para ayudar a los niños a conocerse y respetarse, a la vez que aprenden a respetar y entender a los demás y al mundo que les rodea.
Esto es el Rincón del Docente Holístico, un lugar en el que se promueve este cambio de perspectiva en la educación, poniendo la mirada en el desarrollo de la persona como objetivo principal, donde el producto solo es el resultado de un proceso realizado con consciencia y con amor.
Gracias por acompañarme en este viaje, pues es todo un aprendizaje para mí también y, como cualquier otra cosa en la vida, todo sabe mejor y enriquece más si se puede compartir con los demás.
Gracias por estar ahí!!